martes, 26 de junio de 2012

Jubilación de privilegio


Desayuno continental. En treinta años de casados no se levantó nunca antes que yo. Siempre roncando como una morsa y ahora se aparece con un desayuno continental. Justo en mi último día de laburo, el día en el que me jubilan. Que hija de puta, ni se acuerda que odio lo agridulce. Pero igual compró este desayuno continental para agasajarme o no sé que mierda. Parece que ella lo quiere más que yo. Claro, es la excusa perfecta para largar la dieta y morfar sanguchitos de miga sin culpa. Cerda.

- ¡Uy pero qué rico mi amor! ¿Esto es para mí? ¡No te lo puedo creer! ¡Cuánta emoción! Lo que habrás gastado en este desayuno la guita que me chupaste como mosquito a lo largo de estos años, Yegua. ¡Qué rico! Sanguchitos de miga, tostadas, manteca, mermelada, dulce de leche, jamón crudo con ananá. ¡Qué delicias! Me pego una ducha y estoy con vos.

¿Qué corbata me pongo? Es mi último día y no puedo quedar mal. La que me regaló Ramírez puede ser. No, muy chupaculo. Encima es amarilla, que gusto de mierda tiene el petiso. Mejor voy con la rosa y dejo a todos contentos. No me gusta, pero es el regalo que me hicieron cuando cumplí 25 años en la oficina. Después me jubilaron, pero antes me la pusieron con este regalito de pésimo gusto. Además seguro la mancho con alguna comida y es la excusa perfecta para tirarla a la basura. 

- ¡Ay! El aguaaaaaaa. ¡Mónica, me estoy bañando! ¡No abras la fría! 
Siempre que me baño la misma historia. Esta negra de mierda no tiene mejor idea que abrir las canillas y ponerse a baldear. Qué corta por dios. Serán todos así en Perú. Bahh qué se yo de dónde es esta bruta. Si me lo hace una vez más, la mando a la mierda y que se vaya a baldear a su villa.

- Acá estoy mi amor. ¿Desayunamos? ¿Me pasás el diario?

Otra vez subió el dólar, mataron a un chófer de micro en Morón, secuestraron al hijo de un empresario, el gobierno anuncia un reajuste en la tasa municipal. Toda la misma mierda. Este país gobernado por hippies y subversivos está cada vez peor. Rico el café, seguro que lo hizo Mónica porque a vos no se te ocurre ni en pedo hacer algo así. Ah lo trajeron los del desayuno continental, me imaginaba, si no viene en saquito a vos no te sale. ¿Qué hora es? Uy me tengo que apurar porque me agarra el tránsito y no quiero llegar tarde en mi último día.

- Todo riquísimo mi cielo, pero me tengo que apurar porque sino no llego. Me deben estar esperando con alguna sorpresa en la oficina así que me termino el café y salgo. 
- (…)
- No no, no me esperes para almorzar. Hoy voy a trabajar como cualquier otro día. Como algo en la oficina. Además me tengo que traer todas las cosas y no quiero hacer dos viajes. Nos vemos a la noche. Te amo.

No te depilaste los bigotes, yegua. No puedo creer que me pinches. Si no me afeito un puto día empezás a chillar como una marrana. Qué mina loca por dios. Y ni en pedo vuelvo al mediodía, seguro que con los muchachos alquilamos un par de putas y me gasto mi última hora de almuerzo laboral degustando a un pendeja sin celulitis ni pelos en las piernas. Con las tetitas bien firmes y sin olor a vieja como tenés vos. ¿En qué auto me voy? Ya sé, hoy dejo a todas las pendejas sentadas de culo: agarro el Minicooper. Sinatra, Los Redondos, Louis Armstrong. Mmmmm Los Redondos, así las minitas se quedan aún más sentadas de culo. 

- Ramírez, que gusto verlo en mi último día. Qué enano más falso por dios. Todo este tiempo hiciste de todo para voltearme y al final lo lograste. Acá está, me jubilaste turro. Pero hoy no te la vas a llevar de arriba. Esperá que le mande por mail a tu esposa las fotos de la última joda que organizamos en lo de Suárez. Ni llegás a tu casa que ya tenés las valijas en la puerta. Infeliz. 
- (…)
- Sí no se preocupe. Sé que es mi último día pero quiero trabajar como cualquier otro. A las 7 de la tarde en punto dejo todo limpito. ¿No le molesta que me lleve algunas cosas de mi box? 


Claro que me voy a llevar algunas cosas. Me voy a llevar todo. Pelado voy a dejar el cubículo de 2x2 que me dieron cuando me rajaron de la oficina. Y de paso voy a dejar unos lindos buracos en las cuentas a nombre del turro de Suárez. Otro vigilante. Claro que se van a acordar de mí, pero por el dolor de ojete que les voy a dejar. Basuras. 

- Suárez ¿cómo te va? Querés que tomemos un café y de paso hablamos de lo que te voy a dejar de mi trabajo. El culo sangrando, eso te voy a dejar. 
-  (…)
- Dale, traéte dos café de la cocina que arrimo una silla y empezamos con las cuentas. 
- (…)
- De nada pibe, sabés que te aprecio y que es un orgullo que vos sigas mi laburo. Y más orgullo me va a dar verte llorar sangre por los kilombos que vas a tener que tapar. 

¿Doce y cuarto ya? Mierda que pasó rápido el tiempo con este boludo. Lo voy a llamar a López así nos vamos de putas. De paso me voy clavando el ayudín azul y no paso vergüenza. 

- Hola López, Garmendia el jubilado de Contables. ¿Vamos a almorzar?
- (…) 
- Yo ya estoy. Si querés nos encontramos en la puerta. Esperáme en la cochera que vamos con el Minicooper así las putitas entran más rápido. 
- (…)
- Dale, a la una en la cochera. ¿Llevás forros no? Chau López.

Hoy me elijo una negrita. Huelen raro, pero son más calladitas y se bancan los golpes. Cuando ven los verdes salir de la billetera las hijas de puta se bancan hasta la picana. ¡Cómo les gusta el billete! Mi mujer es igual pero socialmente aceptada. Una puta con salario fijo, con la diferencia que me saca guita pero no le toco ni un pelo de las piernas. 

- (…)
- Vamos al que está cerca López, es mi última hora de almuerzo y la quiero aprovechar bien. No quiero manejar media hora. 

El olor a putero es tan difícil de sacar. Menos mal que tuve la gran idea de cambiarme el traje en el ascensor. A ver mami, date vuelta. Eso, así. Sí me quedo con vos. Vamos para el fondo que hoy no tengo mucho tiempo y la pastilla ya me hizo efecto me parece. Ahh pero que lindo te movés. Vos sí que sabes tratar a un hombre mayor. Jajaja. Si me viera mi hijo. Mil veces le dije y re contra dije que se alejara de los puteros. “Hay ladillas, enfermedades, virus”. El muy boludo me creyó y hoy es un campeón de la moral. Si viera a su padre revolcarse con estas negritas en camas sucias y paredes húmedas. Buena mamita, un placer. Te dejo 10 dólares de propina por el esmero que le pusiste hoy. Chau hermosa. 

- (…)
- ¿Qué pasó López? ¿Te enamoraste que tardaste tanto? Mirá que no quiero llegar tarde.  ¿Con quién pasaste?
- (…)
- Yo con La Mulata. Una campeona. Diez puntos. Sin mucho preámbulo y a los bifes. 

Ahí viene Saldívar. Esta pendeja entró por la ventana y hoy es gerenta. Lo que puede una mina con buenos atributos y grandes habilidades bucales. “Adiós”. Ni me molesto en hablarte porque tu aliento a mierda echaría a perder lo bien que me siento. Ahora viene la rutina de siempre: dos golpes en la puerta de Ramírez, el petiso que dice “pase” y ella que se arregla el pelo antes de entrar. Cierra la puerta, se tira abajo del escritorio y se la chupa por 15 minutos. El petiso acaba y ella sale echa una diosa. Por suerte me queda poco y ya me voy para siempre de este lugar. Ya terminé de ordenar las cajas y le pedí al pendejo que hace los mandados que me las cargara en el auto. Me tomo un café y si te he visto no me acuerdo. 

- Bueno muchachos. Ha llegado la hora de irme. No se paren, quédense donde están. El sábado hago un asado para todos en casa y ahí nos despedimos como corresponde. Sigan en lo suyo. Gracias por todos estos años y hasta cualquier momento. Chau.

Me aplauden. ¡Qué pelotudos! Cuándo se enteren que la empresa va a estar en riesgo de cierre por mi culpa me van a putear en arameo. Que se jodan, yo se los advertí. Esto se va al carajo y ninguno hizo nada. Yo solito me preparé el camino y ahora van a estar todos con el culo a dos manos. Chau giles. Me voy con Sinatra, las pendejas ya no me miran a esta hora y quiero volver rápido a casa así me baño y me saco el olor a cabarulo. “I´ve got you, under my skin” pipiripi… Qué genio dios. Este sí que se las sabía todas. Y yo también obvio, sino no hubiera cagado a esta empresa como lo hice. Ahora a poner cara de póker con la vieja peluda y empezar a vivir como un jubilado.  

- (…)
- Oh pero qué linda sorpresa. ¿A quién se lo ocurrió esto? Seguro que a vos peluda, tan turra que sos. ¿Y cómo no me dijeron nada en la oficina así preparaba algo? A la mierda el vaso de whisky, el porro en el baño y el habano que me acabo de comprar, cara de circunstancia y a ponerse en pedo. 
- (…)
- Gracias mi amor, la verdad no sé que decirte. Estoy emocionado. Están todos, Ramírez, López, Suárez, Saldívar, todos. Manga de hijos de puta, qué sucio tendrán el culo para venir a joderme en esta noche. Ni en mi casa me dejan en paz.

Dos horas de cena y la cerveza lo único que me hace es mear. Mejor empiezo a tomar algo más fuerte. Si sigo escuchando la conversación entre Ramírez y la peluda me voy a pegar un tiro. ¿No serán amantes estos? De él no me extraña, tiene tan feo gusto que le puede entrar a este espantapájaros. De ella no me sorprendería tampoco: ronca, se babea y toma tantas pastillas que por ahí ya no distingue lo bueno de lo malo. Whisky sin hielo, qué placer. Se aguanta la acidez del primer trago y después pasa solo. Tres vasos y listo, adormecido y sin necesidad de simular. Ahh ya se van. Pero qué bueno. ¿Qué? ¿Un discurso? ¿Yo tomo whisky y ustedes se ponen en pedo? Váyanse a cagar.


- La verdad que estoy un poco emocionado y no sé si me van a salir las palabras. Además como me tomaron de sorpresa no me dieron tiempo de preparar nada. Pero como insisten, no los voy a defraudar. En esta empresa dejé los mejores años de mi vida y a cada uno de ustedes los vi crecer. Ramírez pasó de chupaculos a gran jefe, Suárez dejó de estafar jubiladas para hacerlo con grandes empresas, Saldívar siempre se arrastró por los pasillos y ahora lo hace por salas VIP de empresas de la competencia, y López refinó su gusto en putas pero sigue vistiéndose tan grasa como siempre. A muchos los puedo considerar como mis hijos, como hermanos, como parte de la gran familia que tengo. Mi familia es otro baluarte que me ha dado la fuerza para seguir trabajando duro en todos estos años. Una esposa maravillosa adicta a las pastillas y peluda y dos hijos que pronto me darán nietos un varón mojigato y una pendeja que no sabe lo que quiere y por eso se la da de escritora. No le puedo pedir más a la vida. Tengo todo. Gracias por estar acá y por haber estado conmigo en todo este tiempo. Los quiero mucho. ¡Salud!

Otra vez me aplauden. Es la segunda ovación del día. Esta es un poco más estruendosa porque muchos están en pedo y ya se quieren ir. No se preocupen, sirven el helado, algo de champán y tasa tasa, cada uno a su casa. Uno de los pocos aciertos de la peluda: el champán. En eso sí que la turra la pegó, sabe que me gusta el chupi y elige lo más caro sin miramientos. Claro, total el que paga soy yo.


- Chau, chau. Qué sigan bien. Nos vemos el sábado. El asado sigue en pie. No se olviden.
El sábado. Quién me mandó a mí a hacer un asado para estos. Bueno, mañana será otro día. A vivir la vida. Voy a imitar a la peluda: huevo en la cama, shopping y nada más. Por algo ahora sí que soy jubilado.